CAJÓN DE SASTRE DE UNA HORMIGA DISIDENTE







miércoles, 25 de noviembre de 2009

LÁGRIMAS DE ESTRELLAS, TANTRA CÓSMICO


Confirmo que la visión tántrica no invoca la intervención de ningún principio trascendente. La vida, la conciencia y la mente son, según el tantra, diversos aspectos de la energía cósmica, más o menos sutiles, pero tan concretos y materiales como la gravitación o el electromagnetismo.
En Der Kreuzelschreiher, el autor vienes Ludwig Anzengruber, escribía hacia finales del siglo XIX en alemán popular: «Es kann dir nichts geschehen. Du gehörst zu dem allem und dös alies gehörst zu dir! Es kann dir nichts geschehen!», que se traduce:
Nada puede sucederte. Tú perteneces al todo y todo te pertenece. Nada puede sucederte.Esta certeza, que proporciona una serenidad total, se adquiere por medio de la meditación. El adepto percibe también que él mismo encierra potencialidades infinitas, las de las fuerzas cósmicas creadoras que actúan en todo el universo.
En el fondo, el pensamiento tántrico es muy natural, hasta evidente. Son nuestros prejuicios, nuestros clichés, nuestros sentidos (¡el velo de Maya, la ilusión!) los que lo ocultan. Un poeta visionario occidental inesperado, pues sólo se le conoce como cineasta, tántrico sin saberlo, es Abel Gance.

«En el preciso instante en que los hombres tomaron las huellas digitales del átomo, las estrellas se fundieron en lágrimas.
»El Hombre acababa de descubrir sus secretos. No hay arriba. No hay abajo. No hay nada grande. No hay nada pequeño. Los ojos se han engañado desde que se entreabrieron subiendo desde las profundidades marinas. Las orejas se engañaron. Hay que recomenzar todo de manera diferente. Me lo enseñan las lágrimas de las estrellas. ¿Cómo lo sé? Es una historia muy inesperada que trataré de narrar un día si las palabras claves de las traducciones de lo invisible quieren obedecerme.
»A mi querida Nelly, la única que puede comprenderme».
Abel Gance,
1955



Este texto es cósmico y tántrico. ¿Lágrimas de estrellas? Ridículo para el basto sentido común cotidiano que se alza de hombros; en el mejor de los casos una fantasía literaria. Pero si el universo está habitado por la conciencia hasta el corazón mismo de las estrellas, esto se convierte en una realidad. Abel Gance tenía sin duda razón al escribir que sólo su hermana Nelly podía comprenderle, si consideraba al occidental corriente. Pero el tantra nos da la clave secreta que permite descifrar su texto, más denso y profundo que muchos pomposos tratados filosóficos. Lo he releído y he meditado sobre él con frecuencia. Emocionado, pues cada palabra pesa. Sobre todo cuando escribe que es necesario que recomencemos de manera diferente.


Fragmento extraído del libro:
TANTRA EL CULTO DE LO FEMENINO, de Andrè Van-Lysebeth
Se puede descargar aquí.

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1 comentario:

Josep Galbas dijo...

Carai Mercedes, cada día profundizas más. Eres fantástica.
Ánimo.