CAJÓN DE SASTRE DE UNA HORMIGA DISIDENTE







sábado, 30 de enero de 2010

LA EVOLUCIÓN DE LA CONCIENCIA, GURDJIEFF


Para un hombre de cultura occidental es difícil creer y aceptar la idea de que un faquir ignorante, un monje ingenuo, o un yogui retirado del mundo puedan estar en el camino de la evolución mientras que un europeo cultivado, armado de su “ciencia exacta” y de los últimos métodos de investigación, no tiene ninguna oportunidad y gira en un círculo del cual no puede esperar salir.
Eso es porque la gente cree en el progreso y en la cultura. Pero no hay ningún progreso, de ninguna clase. Nada ha cambiado en miles de años. Sólo la forma exterior cambia. La esencia no cambia. El hombre sigue siendo exactamente igual. La gente “culta” y “civilizada” vive movida por los mismos intereses que los salvajes más ignorantes. La civilización moderna está basada en la violencia, la esclavitud y las frases bellas. Pero todas las frases bellas sobre la civilización y el progreso no son más que palabras.




Los hombres son máquinas(1). Las máquinas son necesariamente ciegas, inconscientes. No pueden ser de otra manera y todas sus acciones tienen que corresponder a su naturaleza. Todo sucede. Nadie hace nada. El “progreso” y la “civilización”, en el sentido real de estas palabras, no pueden aparecer sino al término de esfuerzos conscientes. No pueden aparecer como resultado de acciones inconscientes y mecánicas. ¿Qué esfuerzos conscientes puede hacer una máquina? Y si una máquina es inconsciente, lo son también cien y mil máquinas y cientos de miles y millones de máquinas. Ahora bien, la actividad inconsciente de millones de máquinas se reúne necesariamente para el exterminio y la ruina. Es precisamente en las manifestaciones inconscientes o involuntarias en las que reside todo el mal.
...
Consideremos al hombre en el grado actual de su desarrollo. La naturaleza lo ha hecho tal cual es y tomado colectivamente, hasta donde podemos ver, así permanecerá. Los cambios que podrían ir en contra de las exigencias generales de la naturaleza sólo se pueden producir en unidades separadas.
Para comprender la ley de la evolución del hombre, es indispensable captar que esta evolución, más allá de cierto grado, no es en absoluto necesaria, es decir: de ningún modo necesaria para el desarrollo propio de la naturaleza en un momento dado.





La humanidad no progresa, ni evoluciona. Lo que nos parece ser progreso o evolución es una modificación parcial que puede ser inmediatamente contrabalanceada por una modificación correspondiente en la dirección opuesta.
La humanidad, así como el resto de la vida orgánica, existe sobre la tierra para los fines propios de la tierra. Y es exactamente lo que debe ser para responder a las necesidades actuales de la tierra.
Solo un pensamiento tan teórico y tan alejado de los hechos como el pensamiento europeo moderno (se refiere a 1916 aprox.), podría concebir la posibilidad de la evolución del hombre independientemente de la naturaleza circundante, o considerar la evolución del hombre como una gradual conquista de la naturaleza. Esto es completamente imposible. Ya sea que viva, muera, evolucione o degenere, igualmente el hombre sirve a los fines de la naturaleza, o más bien, la naturaleza se sirve igualmente –aunque quizá por motivos diferentes- de los resultados tanto de la evolución como de la degeneración. La humanidad considerada como un todo jamás puede escapar a la naturaleza, ya que aun en su lucha contra ella, el hombre actúa de conformidad con los fines de la misma. La evolución de grandes masas humanas está en oposición a los fines de la naturaleza. La evolución de un pequeño porcentaje de hombres puede estar de acuerdo con estos fines. El hombre contiene en sí mismo la posibilidad de su evolución. Pero la evolución de la humanidad en su conjunto, es decir, el desarrollo de esta posibilidad en todos los hombres, o en la mayoría de ellos, o aun en un gran número, no es necesaria a los designios de la tierra o del mundo planetario en general, y de hecho, esto podría serle perjudicial o aun fatal. Hay, por consiguiente, fuerzas especiales (de carácter planetario) que se oponen a la evolución de las grandes masas humanas y que las mantienen al nivel en que deben quedar.




Pero las posibilidades de evolución existen y se pueden desarrollar en individuos aislados, con ayuda de los conocimientos y de los métodos apropiados. Tal desarrollo puede efectuarse sólo en interés del hombre, en oposición a las fuerzas y, se podría decir, a los intereses del mundo planetario. Un hombre tiene que comprender esto: que su evolución no interesa sino a él. A ningún otro le interesa. Y no debe contar con la ayuda de nadie. Porque nadie está obligado a ayudarle, y nadie tiene la intención de hacerlo. Por el contrario, las fuerzas que se oponen a la evolución de las grandes masas humanas también se oponen a la evolución de cada hombre. Toca a cada uno el chasquearlas. Mas si un hombre puede chasquearlas, la humanidad no puede hacerlo. Ustedes comprenderán más tarde que todos estos obstáculos son muy útiles; si no existieran, sería necesario crearlos intencionalmente, porque sólo al vencer los obstáculos un hombre puede desarrollar en sí mismo las cualidades que necesita.
Tales son las bases de un concepto correcto de la evolución del hombre. No hay evolución obligatoria, mecánica. La evolución es el resultado de una lucha consciente. La naturaleza no necesita esta evolución; no la quiere y la combate. La evolución no puede ser necesaria sino al hombre mismo, al darse cuenta de su situación y de la posibilidad de cambiarla, cuando se da cuenta de que tiene poderes que nunca emplea, y riquezas que no ve. Y es en el sentido de lograr la posesión de estos poderes y de estas riquezas que la evolución es posible. Pero si todos los hombres, o la mayoría de ellos, comprendieran esto y desearan obtener lo que les pertenece por derecho de nacimiento, la evolución llegaría a ser otra vez imposible. Lo que es posible para cada hombre es imposible para las masas.

En cuanto a la evolución, es indispensable convencerse bien, desde el principio mismo, que nunca existe evolución mecánica. La evolución del hombre es la evolución de su conciencia. Y la “conciencia” no puede evolucionar inconscientemente. La evolución del hombre es la evolución de su voluntad, y la “voluntad” no puede evolucionar involuntariamente. La evolución del hombre es la evolución de su poder de “hacer”, y el “hacer” no puede ser el resultado de lo que “sucede”.

(1)- El concepto de Gurdjieff de “hombre máquina” se expondrá en un próximo post.
EXTRAÍDO DEL LIBRO: FRAGMENTOS DE UNA ENSEÑANZA DESCONOCIDA, Ouspensky
Se puede descargar en la barra derecha, abajo.
***
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jueves, 28 de enero de 2010

DONDE DIJE DIGO...DIGO DIEGO



PARA QUÉ HABLARÉ YO SI CALLADITA ESTOY MAS MONA O COMO MI DECISIÓN DEL POST ANTERIOR SE FUÉ AL TRASTE ESA MISMA NOCHE


Estoy en la cocina y oigo mi móvil sonar. Voy hacia la habitación, busco en el bolso pero no hay llamada perdida. "Ha sido un sueño", pienso, "que bueno, ahora también sueño despierta".


Se lo digo a mi compañero y me dice "yo sí lo oí, no ha sido un sueño", vuelvo a mirar el movil y ahí está la llamada perdida. "!Un sueño dentro de otro sueño!" Entonces me doy cuenta que estoy delante del espejo de mi habitación, un solo paso y estaré de frente a él. Recuerdo lo que escribí, sólo unas horas antes, de no mirar un espejo en sueños.
No estoy segura de estar soñando. La tentación es muy fuerte porque no sé si estoy dormida o despierta así que pienso "¿me arriesgo? así saldré de dudas" y me acerco decidida, sin miedo. Son unos segundos intensos, emocionantes.
Me quedo mirando la imagen unos momentos. Me reconozco perfectamente, soy yo, pero la imagen está distorsionada, como en los espejos de feria. Mi rostro aparece alargado, estirado, como si alguien tirase de mi pelo y con él la piel de la cara hacia atrás. La mirada es triste, angustiada, pero no me asusta ni me sorprende.
"Bueno, ahora ya sé que es un sueño", me digo a mí misma mientras paso la mano por mi cabeza, "porque hoy llevo el pelo suelto..."

Me tuve que reir cuando desperté. Creo que ha sido la promesa que he roto más rápidamente.

Al menos ya sé que no tengo ningún retrato como el de Dorian Grey.

Mi subconsciente sufre, está angustiado pero eso se arregla, lo del retrato no.
***
Se aceptan interpretaciones del sueño.
MCD, 01-10
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miércoles, 27 de enero de 2010

NO MIRARÉ NINGÚN ESPEJO EN SUEÑOS





Cuando de pequeña tenía pesadillas y llegaba a un punto que ni siquiera volando podía escapar al terror insoportable me decía a mí misma: “no me lo creo”. Me indignaba, me enfadaba y después: “ya no quiero seguir jugando”, y me despertaba.

Mas adelante, en la adolescencia, ante las tonterías angustiantes de sueños repetitivos o cansinos: “esto es absurdo, es un sueño, estoy segura y no me gusta así que o se cambia inmediatamente o yo me despierto”, y sucedía.

Después pasé una temporada solucionando cuestiones enrevesadas que se me presentaban noche tras noche y seguían ahí durante el día siguiente.

Últimamente me descubro totalmente lúcida en mis sueños. Soy consciente de que estoy soñando, no siento mi cuerpo y la sensación de “no cuerpo” es como una electricidad, como un escalofrío. Las primeras veces, al sentirlo me asustaba y me despertaba inmediatamente. Después de un tiempo conseguí seguir en el sueño sin despertar y comencé a experimentar. Quería probar si podía hacer cosas inverosímiles. En uno de ellos me acerqué a mi pareja y le dije “estamos en un sueño! Podemos hacer lo que queramos! Te das cuenta? ¡Lo que queramos!” Pero él parecía no darse cuenta, así que me acerqué y busqué en su pantalón esperando encontrar… no sé que cosa, supongo que algo diferente. Pero la emoción me despertó prematuramente.
Sigo experimentando. No avanzo mucho pero ya puedo controlar las actitudes de las personas que se cruzan en mis sueños. “Esa persona que se acerca me va a mirar, esa otra me sonreirá, esa de allí va a cambiar de dirección, la de allá se sentará en el suelo” Son momentos, muy cortos y siempre me despierta la intensa emoción que siento.
Lo que más me cuesta es moverme yo, no siento mi cuerpo igual y no lo controlo, tampoco puedo verme a mí misma, supongo que aún no estoy preparada para eso. ¿Quién está preparado para ver su propia imagen en sus sueños?

El subconsciente nos puede jugar una mala pasada.

No se porqué pienso en Dorian Grey.

No, de momento no miraré ningún espejo en sueños.


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VIJÑANA BHAIRAVA TANTRA (II)


72. A la ilusión (Maya) se le llama «aquello que desorienta». La función de las «cinco corazas» (determinación, discriminación, apego, tiempo y espacio) es la de delimitar, y cada una de las corazas tiene otras. Pero si se considera que todo eso (Maya y las corazas determinantes) son simples atributos de lo Real, ¿porque rechazarlos? (pudiendo usar lo ilusorio como camino de retorno a lo Real).

83. Todos los seres que poseen un cuerpo tienen una percepción idéntica del sujeto y del objeto. Pero lo que caracteriza a los yoguis, es su atención sin defecto en la unión del sujeto y del objeto, (sin estar perdidos en las cosas).

88. Cuando, habiendo perdido el camino, se ha corrido y dado vueltas en todos los sentidos, hasta el punto de caer por tierra extenuado; entonces, cuando la agitación ya se ha reabsorbido, gracias al cese de la efervescencia de la energía, la condición suprema se manifiesta.


MCD- PRÁCTICA FEBRERO-10
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viernes, 22 de enero de 2010

GURDJIEFF


UNA PREGUNTA SOBRE EL SABER ANTIGUO

En la vida de la humanidad hay períodos que coinciden generalmente con el comienzo de la declinación de las civilizaciones, cuando las masas pierden irremediablemente la razón y se ponen a destruir todo lo que ha sido creado en siglos y milenios de cultura. Tales períodos de locura, a menudo concordantes con cataclismos geológicos, con perturbaciones climáticas y otros fenómenos de carácter planetario, liberan gran cantidad de esta materia del conocimiento. Se hace entonces necesario un trabajo de recuperación sin el cual ésta se perdería. Es así como el trabajo de recolectar la materia esparcida del conocimeinto coincide frecuentemente con la declinación y la ruina de las civilizaciones.
Este aspecto de la cuestión es claro. Las masas no se preocupan del conocimiento, no lo quieren, y sus jefes políticos, en su propio interés, no trabajan sino para reforzar la aversión y el temor que ellas tienen a todo lo que es nuevo y desconocido. El estado de esclavitud de la humanidad está basado en este temor. Es hasta difícil imaginar el horror de esto. Pero la gente no comprende el valor de lo que pierde de esta manera. Y para captar la causa de tal estado, basta con observar cómo vive la gente, lo que constituye sus razones para vivir, el objeto de sus pasiones o de sus aspiraciones, en qué piensan, de qué hablan, a qué sirven y qué adoran. Vean a dónde va el dinero de la sociedad culta de nuestra época; dejando de lado la guerra (1914), consideren aquello por lo que se paga los más altos precios, a dónde van las muchedumbres más densas. Si se reflexiona un instante acerca de este despilfarro, entonces se hace claro que la humanidad, tal cual es ahora, con los intereses de los cuales vive, no puede esperar otra cosa que lo que tiene. Pero, como ya lo he dicho, nada de esto se puede cambiar.
...
He aquí un aspecto. El otro, como ya lo he dicho, se refiere al hecho de que nadie oculta nada; no hay el menor misterio. Pero la adquisición o la transmisión del verdadero conocimiento exige una gran labor y grandes esfuerzos, tanto de parte del que recibe como del que da. Y aquellos que poseen este conocimiento hacen todo lo que pueden para transmitirlo y comunicarlo al mayor número posible de hombres, para facilitarles su acercamiento y tornarlos capaces de prepararse para recibir la verdad. Pero el conocimiento no puede ser impuesto por la fuerza a aquellos que no lo quieren, y como acabamos de ver, el examen imparcial de la vida del hombre medio, de sus intereses, de lo que llena sus días, demostrará al instante que es imposible acusar a los hombres poseedores del conocimiento de que lo ocultan, de que no quieren transmitirlo o de que no desean enseñar a los otros lo que ellos mismos saben.
Quien desee el conocimiento debe hacer por sí mismo los primeros esfuerzos para encontrar la fuente, para aproximarse a ella, ayudándose con las indicaciones dadas a todos, pero que la gente, por regla general, no desea ver ni reconocer. El conocimiento no puede llegar gratuitamente a los hombres, sin esfuerzos de su parte. Ellos comprenden esto muy bien cuando sólo se trata de conocimientos ordinarios, pero en el caso del gran conocimiento, si es que admiten la posibilidad de su existencia, consideran que es posible esperar algo diferente. Todo el mundo sabe muy bien, por ejemplo, que un hombre tendrá que trabajar intensamente durante varios años si quiere aprender el chino; nadie ignora que para poder captar los principios de la medicina son indispensables cinco años de estudios, y quizás el doble para el estudio de la música o la pintura. Sin embargo, algunas teorías afirman que el conocimiento puede llegarle a la gente sin esfuerzos de su parte, que puede ser adquirido aun en el sueño. El mero hecho de la existencia de tales teorías constituye una explicación adicional del hecho de que el conocimiento no puede llegar a la gente. Sin embargo, no es menos esencial comprender que los esfuerzos independientes de un hombre por alcanzar lo que fuese en esta dirección, por sí mismos, no pueden dar ningún resultado. Un hombre no puede alcanzar el conocimiento sino con la ayuda de aquellos que lo poseen. Esto debe ser comprendido desde el comienzo mismo. Hay que aprender de los que saben.
FRAGMENTOS DE UNA ENSEÑANZA DESCONOCIDA, Ouspensky


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miércoles, 20 de enero de 2010

EL OTRO ERES TU



Las palabras que nunca hubiera pensado que pronunciaría tu boca surgieron sin problema, sin titubeos, claras y firmes aunque llenas de dolor. También siento dolor al escucharlas pero es un dolor feliz. Porque has sido capaz de verbalizar, de reconocer una situación sin culpar a nadie ni culparte a tí mismo.


¿Es un primer paso al fin? ¿El inicio de la transformación? ¿La necesidad que empuja a la inercia? No lo se, quizá se quede ahí pero es un paso, solo uno pero inmenso.


Un alivio saber que podemos pasar otro desierto, otra crucifixión y otra muerte más. Que aunque estemos tan lejos mentalmente, a pesar de todas las dificultades inmensas y del sufrimiento eterno e intrínseco del amor, nuestras almas están unidas. Da igual dónde estemos, lo que seamos o lo que hagamos.


Da igual que no nos demos cuenta siquiera de que el otro somos nosotros, eso no tiene importancia porque
EL OTRO ERES TU, SIEMPRE ERES TU.
***
MCD, 01-10
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martes, 19 de enero de 2010

KARMAN, NEGOCIACION O TRANSMUTACIÓN



“Ni en el aire, ni en medio del océano, ni en las profundidades de las montañas, ni en ninguna parte del mundo existe un lugar en el que se pueda escapar a las consecuencias de los propios actos” (Dhammapada).




Esta rigidez no es agradable para todos. Pocos seres humanos tienen suficiente energía y dignidad para asumir siempre la responsabilidad total de sus actos y afrontarlos, sin debilitar todas sus consecuencias. Una vez cometido el acto bajo el impulso del deseo –envidia, amor u odio-, su autor, si cree en una justicia definitiva, retrocede a menudo ante las sanciones de ésta. Lo que ocupa entonces su mente es menos el arrepentimiento de su conducta, por el mal que ha causado a otro, que la serie de resultados dolorosos que pueda tener para él. Es así en todos los países, y los fieles de todas las religiones se apresuran a acudir a los medios que éstas han inventado para dejarles exentos de los castigos con que les amenazan.

El budismo popular no es una excepción. Incapaces de mantenerse a la altura de la filosofía del Sabio que ellos reivindican, sus adeptos conocen, como los de otras religiones, los actos rituales que se supone que impiden las consecuencias temidas de sus faltas y que se las evitan.
En un grado más elevado de comprensión, los budistas se esfuerzan por contra equilibrar las consecuencias de las malas acciones oponiendo las acciones de naturaleza contraria. Por ejemplo, los efectos nefastos de la avaricia o de la falta de generosidad serán contrarrestados por la caridad manifestada en la distribución de muchas limosnas. Los actos inspirados por las malas intenciones, el orgullo, la cólera, etc., serán contrarrestados por actos de benevolencia, humildad, longaminidad, paciencia, etc.

Así se tranquilizan aquellos que las escrituras budistas llama “niños” o “tontos” (bala). Éstos ignoran que la doctrina budista considera el acto material como algo que tiene mucho menos valor que el acto mental. Lejos de alcanzar por sus buenas obras el fin que ellos se proponen, acentuarán los malos aspectos de su carácter si éstas son dictadas por el deseo, completamente egoísta, de escapar a las sanciones que su poltronería les hace temer. Para que estas buenas obras puedan dificultar los resultados de las antiguas malas acciones, es necesario que procedan de un cambio de opinión que lleve al individuo a renunciar a su conducta antigua para adoptar otra, completamente contraria, porque considera mejor esta última.

Para que tenga lugar la “transmutación” de la que ya he hablado, es necesario que el cambio de conducta proceda de un cambio mental y que la nueva orientación que se da a los propios actos se mantenga de forma continua. Sobre todo es necesario que ésta no adopte el carácter de una negociación; las buenas acciones deben realizarse por amor a sí mismas, ya que ellas mismas no atenuarán nada los efectos dolorosos, para su autor, de las malas acciones que haya cometido anteriormente.
He aquí un sentimiento comparable a la contrición perfecta, tal como la define la Iglesia Católica, pero para los budistas, que niegan la existencia de un dios supremo personal, no cabe arrepentirse de haberlo ofendido. El budista, si se arrepiente, se arrepiente de haber causado sufrimiento a otro, o bien se arrepiente de haberse rebajado a cometer actos que, desde el nuevo punto de vista desde donde los considera, les parecen viles o estúpidos.

Pero ¿se arrepiente un verdadero budista? Se puede responder que no. La comprensión profunda de la doctrina del karman y la percepción de la transitoriedad de los elementos a los que se deben todos los fenómenos –comprendidas las manifestaciones de nuestra actividad- le hacen considerar inútil este género de vuelta al pasado.

Una vez realizado el acto, da inmediatamente nacimiento a una serie de efectos, de los que cada uno se convierte, a su vez en causa y produce una nueva serie de efectos. Existen actos como la bala que se escapa del fusil, el tirador no puede ya alcanzarla y actuar sobre su curso. La conciencia de su impotencia en este terreno, incita al budista a no lanzar a la ligera por el mundo series de causas y de efectos que, una vez realizado el acto, escapará para siempre jamás a su control.

Entre los budistas, sólo aquellos que permanecen todavía en los grados inferiores de la comprensión de la doctrina y creen en una retribución individual de las obras, intentan mantener una especie de libro de cuentas de sus acciones preocupándose de acumular los méritos y de compensar los deméritos. Mi experiencia, obtenida a lo largo de muchos años de estancia en diferentes países budistas, me obliga a declarar que estos inocentes poseedores de la remuneración exacta de sus obras, son la mayoría de los fieles. Por otro lado ¿no ocurre igual en todas las religiones? En cualquier caso, el budista más ilustrado, el más penetrado por el verdadero espíritu de la doctrina budista, no intenta puerilmente deshacer lo que se ha hecho; no se obstina en querer lo que no ha sido y, por otra parte, no aspira a ninguna recompensa personal. O, más bien, encuentra su recompensa en la satisfacción que siente cuando ha hecho feliz a cualquier ser.

ALEXANDRA DAVID-NEEL

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LA REENCARNACIÓN Y LA FIGURA DEL TULKU EN EL BUDISMO TIBETANO
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domingo, 17 de enero de 2010

DE VEZ EN CUANDO LA VIDA...



De nuevo, serendipity en mi vida.
De cómo en una conferencia, una tarde gris con una migraña espantosa, aparece lo que sentía que necesitaba y no había modo de encontrar.

Que por cierto no tiene nada que ver con el tema de la conferencia.


Después de pasar la travesía del desierto poblado de todo tipo de fantasmas, miedos, indecisiones y desesperaciones varias, de un día para otro cambió la perspectiva. Lo que ayer no entendía lo veo diferente hoy. El camino tapiado abre una puerta en medio y deja ver otra opción. ¿Cómo no me dí cuenta, yo, que todo lo preveo, que todo lo organizo y controlo?
Solo hay una respuesta: la Vida se divierte conmigo, me sorprende, juega a las damas (no al ajedrez, como la Muerte con el cruzado en El Séptimo Sello), y me va ganando la partida, pero me gusta que así sea. Me mima demasiado, a veces. Me concede lo que quiero pero solo a cambio de esfuerzo y perseverancia.
Cuando me enfado y pataleo como una niña malcriada que no sabe lo que quiere y lo único que hace es poner excusas tontas: “es que no puedo” “si tuviera esto, o aquello, si me dijeran, si me ayudaran, si me miraran….” me deja hacer durante un tiempo.
Como un padre sensato ante la rabieta de su hijo, espera que se pase.
Física y mentalmente agotada por los esfuerzos vanos y fútiles desacelero, y poco a poco voy volviendo a mi interior. Me aíslo y me cierro a los estímulos para oírme a mí misma. Nada exterior puede influirme entonces, durante varios días no soy yo, paso por mi particular monte de los olivos. Me dejo morir y resurgir. Y entonces la Vida me concede, con su infinita magnanimidad muchísimo más de lo que pido. Con una sonrisa de superioridad, parece decir: “Bueno, a ver que haces ahora con lo que tienes, ya no hay excusas que valgan”. Y me siento abrumada y llena de felicidad porque estoy viva, he dejado atrás otro saco de porquería y puedo seguir adelante más ligera aunque con más responsabilidad.

COMO DICE SERRAT:

De vez en cuando la vida
nos besa en la boca
y a colores se despliega
como un atlas,
nos pasea por las calles
en volandas,

y nos sentimos en buenas manos;
se hace de nuestra medida,
toma nuestro paso
y saca un conejo de la vieja chistera
y uno es feliz como un niño
cuando sale de la escuela.

De vez en cuando la vida
toma conmigo café
y está tan bonita que
da gusto verla.
Se suelta el pelo y me invita
a salir con ella a escena.

De vez en cuando la vida
se nos brinda en cueros
y nos regala un sueño
tan escurridizo
que hay que andarlo de puntillas
por no romper el hechizo.

De vez en cuando la vida
afina con el pincel:
se nos eriza la piel
y faltan palabras
para nombrar lo que ofrece
a los que saben usarla.

De vez en cuando la vida
nos gasta una broma
y nos despertamos
sin saber qué pasa,
chupando un palo sentados
sobre una calabaza.


MCD, 01-10
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miércoles, 13 de enero de 2010

MONJITAS, PARÁBOLA Y CINE


Cuando yo era pequeñita, iba a un colegio de monjitas. Digo monjitas y digo bien porque eran todas chiquititas, chiquititas. No se porqué pero creo que las elegían adrede para que no desentonasen con nosotras.

Antes de continuar, quiero aclarar que a mí no me traumatizaron para nada, aprendí muchísimas cosas y les tengo un gran cariño. Creo que es porque casi todas eran un poco "progres", rojillas, vamos, una incongruencia pero real. Esto da para otro post.

Pues bien, las monjitas nos contaban las parábolas de la Biblia. Y algunas de nosotras replicábamos y preguntábamos hasta la saciedad porque no nos cuadraban mucho las moralejas de las historietas.

Tengo que decir que las niñas que no replicaban no era necesariamente porque estuvieran de acuerdo en todo sino porque la mayoría pasaban absolutamente y no les importaba lo más mínimo nada de lo que les explicasen. Con poner cara de niñas buenas, aprenderse el catecismo como loras, asentir a todo y sacar buena nota tenían suficiente.
Me voy del hilo....

A mí, personalmente la parábola del hijo pródigo me molestaba especialmente y me enfadé con Dios retirándole la palabra, por trato de preferencia hacia semejante impresentable.

La cuestión de los hermanos siempre ha sido un misterio para mí, como hija única no he llegado nunca a comprender la intrincada red de relaciones amor/odio que generan.

Pero una cosa sí que tenía segura.
"El hijo bueno debería irse también a gastar su herencia y pasarlo bien, así cuando volviese, su padre se pondría tan contento tan contento que aunque se hubiese arruinado le acogería igual que había hecho con su hermano".
"No, Mercedes, no lo entiendes, no es lo mismo".
Vaya si lo entendía, la cuestión era adelantarse, ser el primero en hacerlo porque sino el segundo se lleva los palos. Y arrepentirse, claro. Que superarrepentido está uno cuando no le queda otro remedio, ni dinero ni modo de conseguirlo, así se vuelve al redil mansamente y se promete lo que sea y se pone cara de bueno....

¿Por qué la gente no se arrepiente cuando está en lo mejor del placer y lo rechaza en ese mismo instante? Eso sí sería arrepentimiento válido y no después.

Aunque yo no puedo hablar, que luego me tengo que comer mis palabras. Muchas veces no me arrepiento ni siquiera después.

Bueno, hay gente que sí se arrepiente antes de actuar. Son aquellos cuyo nivel de autoculpa es tan alto que no se permiten disfrutar siquiera del pensamiento. No me refiero a estos, claro.

Durante buena parte de mi vida, el hijo pródigo ha vuelto a mis cavilaciones mas de una vez.
Una de ellas hace unos pocos años revisionando la excelente "La gata sobre el tejado de zinc caliente".

Me hizo pensar que tal vez el hijo pródigo era como Brick, el personaje de Paul Newman, que aparte de otras cuestiones que no entraré ahora a comentar, no le importaba lo más mínimo la herencia de su padre. Unicamente quería que este le amase.

Y el buen hijo de la parábola podía muy bien ser el hermano de Brick, el que se ocupa de la finca y de hacer absolutamente todo como quiere su padre simplemente para quedarse con la herencia después que éste muera.
Brick quiere realmente a su padre a pesar de que solo le ha dado "cosas" como él mismo dice.

Con hijos pródigos como Paul Newman que se quiten todos los demás hijos supuestamente buenos.

Y de este modo tan cinéfilo y pillado por los pelos, uno de mis "problemas con la Biblia" se curó del todo y me reconcilié, por fin, con Dios.

Evidentemente, esta es mi moraleja de la parábola, se puede creer absolutamente o sólo a medias, eso ya queda para cada cual.


MCD, 01-10
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lunes, 11 de enero de 2010

¿ANGEL O DEMONIO?


«Todo es dual; todo tiene polos; todo tiene su par de opuestos; semejante y desemejante son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado: los extremos se encuentran; todas las verdades no son sino medias verdades; todas las paradojas pueden ser reconciliadas.»

El Kybalion. El principio de polaridad.


Para la tradición esotérica occidental, Lucifer es el dios del Fuego ó Portador de la Luz ó Sabiduría, y no es el Diablo ni Satán. Para los luciferinos y sus tradiciones esotéricas, Lucifer es la figura divina por excelencia, el verdadero dios espiritual de luz, opuesto al Demiurgo ó dios material, creador del universo físico (doctrina seguida por maniqueos, cátaros y gnósticos antiguos). Para muchos luciferinos la figura de Lucifer es la misma que se representa con diferentes dioses paganos como el nórdico Odín, el egipcio Thot, el griego Prometeo, el celta Cernunus y el etrusco Lupercus, etc.
Todos aquellos que conjugan las cualidades metafísicas y el conocimiento oculto del saber luciferiano, creen profundamente que en medio "de la maldad puede surgir la luz" Y en lo que también se puede estar totalmente de acuerdo, es que Lucifer viene a ser el Portador de Luz, esto es, del logos; pero también viene a ser el arquetipo del supremo Rebelde, del primer separatista y autonomista universal, en aras de la libertad.

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EL HALLOWEEN Y LA PERVERSIÓN DE LOS ANTIGUOS MISTERIOS

INVOCACIÓN

sábado, 9 de enero de 2010

CAIN DE SARAMAGO, CRÓNICA DE LA INTOLERANCIA


En su última novela, José Saramago comparte la tesis sustentada por el antropólogo francés Mauricio Godelier según la cual las sociedades crean sus dioses a su imagen y semejanza. A partir del destino al que Dios condenó a Caín, quien por voluntad divina mató a su hermano, en la novela se desarrolla una trama que se sintetiza en una idea expresada en la frase escrita en la contracarátula: qué diablo de dios es este que para enaltecer a Abel, desprecia a Caín. A través de la disputa que Caín tiene con el Dios que lo condenó a su triste destino y del errante recorrido que el protagonista tiene por los principales pasajes de la biblia, Saramago explora la crueldad que caracteriza a las imágenes religiosas inventadas por los hombres y, en este caso, plasmadas en la biblia.

Saramago enuncia una preocupación que no es estética porque constata cómo en las imágenes de la Biblia se promueve la plena convicción de que sólo quienes siguen a Dios están en lo correcto y cómo la condena a los otros no es una mera acción discursiva, sino que viene acompañada de sometimiento, persecución y sojuzgamiento. El autor se inspira en las acciones reales que hechas a nombre de la religión han sometido o destruido a individuos, a pueblos, a naciones y a continentes enteros. Baste pensar la mutua compañía que han tenido la cruz y la espada en toda empresa civilizatoria de ayer y de hoy.
Para Saramago es inconcebible que las creencias religiosas vengan acompañadas de la promoción del odio y de la exclusión de quienes no comparten las creencias y con su ateísmo profundiza el pensamiento secular y el humanismo.

Con fino humor nos invita a que reflexionemos sobre el peso que tienen las imágenes que inventan las sociedades para justificar acciones que vistas de otro modo serían totalmente injustificables. El ateísmo de Saramago nos invita a ser responsables y éticos por fuera del miedo y de la intolerancia.


Fragmento del artículo de José Antonio Figueroa publicado aquí.
***
La visión lúcida, a veces casi infantil y literal del Antiguo testamento que expone Saramago en su último libro obliga a reflexionar sobre los aspectos más dogmáticos de la religión católica y sobre la imagen que esta presenta de un dios absolutamente lejano, cruel, caprichoso y nada espiritual.
MCD, ENE-10
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miércoles, 6 de enero de 2010

CHINA, INDIA Y TIBET- EL CONFLICTO POR EL AGUA

La meseta del Tíbet, controlada por China, es la fuente de casi todos los ríos importantes indios.

Conforme aumenta su poder, China parece estar decidida a asfixiar a sus competidores asiáticos, una tendencia que se refleja en el endurecimiento de su postura hacia India.

El agua se está convirtiendo en un tema clave de seguridad en las relaciones chino-indias y en una fuente potencial de discordias duraderas.

El Tíbet es la fuente de casi todos los ríos importantes indios. Los vastos glaciares, los enormes manantiales subterráneos y la gran altura de la meseta del Tíbet hacen que sea el mayor depósito de agua dulce del mundo después de los casquetes polares. En efecto, todos los ríos importantes de Asia, salvo el Ganges, tienen su origen en la meseta del Tíbet. Incluso dos de los principales afluentes del Ganges fluyen desde ahí.






Actualmente, China está llevando a cabo grandes proyectos de transferencia de agua entre cuencas y entre ríos en la meseta del Tíbet, lo que amenaza con disminuir los flujos internacionales de los ríos hacia India y otros estados ribereños.

Las riadas que han sufrido en años recientes dos estados fronterizos indios -Himachal Pradesh y Arunachal Pradesh- fueron un desagradable recordatorio de que China no comparte información sobre los proyectos que lleva a cabo río arriba.

China ha estado construyendo presas en la mayoría de los ríos internacionales que fluyen desde el Tíbet, cuyo ecosistema frágil ya está en peligro debido al calentamiento global.

La idea más peligrosa que China está considerando es la desviación hacia el norte del río Brahmaputra, conocido como Yarlung Tsangpo por los tibetanos, pero que los chinos han rebautizado como Yaluzangbu. Es el río más alto del mundo y uno de los que fluyen con mayor rapidez. La desviación de las aguas del Brahmaputra hacia el reseco río Amarillo no es una idea que China discuta en público, porque el proyecto implica la devastación ambiental de las llanuras del nordeste de India y del este de Bangladesh y, por tanto, sería equivalente a declarar la guerra del agua a estos dos países.

Dos factores han estimulado las ambiciones de China de canalizar las aguas del Tíbet hacia el norte: la terminación de la presa de las Tres Gargantas, que China pregona como la mayor proeza de ingeniería desde la Gran Muralla, a pesar de sus patentes escollos ambientales; y el poder del presidente Hu Jintao, cuyos antecedentes engloban dos elementos clave: el agua y el Tíbet. Hu, que es hidrólogo de profesión, debe su rápido ascenso en el Partido Comunista a la brutal represión al amparo de la ley marcial que llevó a cabo en el Tíbet en 1989.
Los planes y proyectos de ingeniería hidráulica de China son un recordatorio de que el Tíbet está en el centro de las divisiones entre la India y China. El Tíbet dejó de ser un amortiguador político cuando China lo anexó a su territorio hace casi sesenta años.

B. Chellaney, profesor de estudios estratégicos en el Centro de Investigación sobre Políticas de Nueva Delhi.
Fragmento del artículo publicado en La Vanguardia 05/01/10
Fuente: http://www.project-syndicate.org/
Traducción: Kena Nequiz
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viernes, 1 de enero de 2010

PROPÓSITOS PARA 2010


Los escribo para no poder decir que no lo dije.
Los pongo en el blog para evitar la tentación de tirar el papel algún día.
La lectura del siguiente post implica la permanencia (aunque me arrepienta y lo borre otro día), en el lugar virtual de tu propia mente, así que atente a las consecuencias. Si sigues leyendo, serás partícipe de mis anhelos.



- Voy a ir concretando ya.
La respuesta a la pregunta ¿qué quieres ser de mayor? no puede ser “grande” como decía hasta hace poco para eludir la pregunta. Que humor mas tonto…


- Voy a podar mis ramas.
Lo siento, me sirvieron pero ya no retoñan más. Cortar por lo sano. Igual que mis plantas, cortar en enero lo que ya no volverá a brotar.


- Voy a hacer un curso de baile y/o buceo.


- Solo escucharé lo que me llegue al corazón.
Mi intuición ya no puede gritar más. Creo que apagaré mis oídos al murmullo ensordecedor de mi mente, de los demás, de las quejas sin propuestas, de los noticieros de la tele, de la cháchara inútil de políticos, vendedores, tirititeros de mierd… las palabras han perdido su significado.


- Voy a ir a por ese hombre…
el único que se me resiste… (y que me encanta que lo haga)

- Y voy a seguir con este blog dando la lata.

Por último: UNO DE ESTOS PROPÓSITOS ES FALSO. Se admiten votaciones. La respuesta, el próximo año.

Feliz año nuevo a tod@s, os quiero.
MCD, ENE-10
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